jueves, 31 de mayo de 2007

INGENIERO EN FRUTAS Y PRODUCTOS HORTÍCOLAS (I)

Hay un personaje en tu barrio que pasa casi desapercibido, con su mandil azul, sonrisa fácil y cara de sueño. En una tienda de calle o en un puesto de mercado. Su trabajo no suele ser gratificante, porque no lo valoramos en su justa medida. De vez en cuando le dedicamos frases tópicas como estas: "Manolo, dámelo bueno que es para un enfermo", "Que estén tiernecitas, que son para mi madre y no tiene dientes" o "No, ese no me lo eches que está muy verde". Y ahí va Manolo, con cara de resignación, intentando ayudar al enfermo, buscando las alcachofas tiernecitas para la abuela y apartando a un lado el tomate verde.

José Cárdaba de "Frutas Vitaminas"
Arquetipo de "Manolo"
Sí, señores, ese es Manolo, el frutero del barrio o como a mi me gusta llamarle: "Ingeniero en frutas y productos hortícolas", porque hoy día hay que ser un genio del oficio para sobrevivir en este complicado mundo. No hace falta mucha especialización para poner una frutería, con cuatro estanterías y poco dinero se llena de fruta un local de alquiler, cuando no en plena calle,de ahí que proliferen las fruterías como las setas en el campo. Lo que quiero decir es que montar una Carnicería o una Pescadería, por ejemplo, requiere unos conocimientos, destreza y experiencia que no está al alcance de todos, que no se aprenden de un día para otro. Abrir una Ferretería, una Droguería o algún negocio similar precisa de una fuerte inversión de dinero, pero lo nuestro no, señores, lo nuestro es muy fácil de iniciar. Por eso cada vez hay menos profesionales, por eso Manolo cada día tiene una competencia más brutal y desesperada, por eso y por lo que voy a contaros de él (con su permiso) estoy convencido de que Manolo es un héroe. 

Tiene que luchar a diario contra el sueño, el cansancio, el asentador, el tráfico, la venta callejera, las grandes superficies y sus propios clientes. Para colmo de males, usted o yo si nos ponemos malitos nos quedamos en casa y si es necesario pedimos la baja, pero Manolo no puede porque es autónomo y probablemente no tiene a nadie que vaya a comprar el género que precisa. En muchas ocasiones se le ve en Mercamadrid con un brazo en cabestrillo, una gripe de caballo o con un par de muletas arrastrándose lastimosamente víctima de un ataque de ciática.

La próxima vez les contaré detalladamente el día a día de un héroe. Saludos.


3 comentarios:

Arca dijo...

Querido Defensor de la Fruta:
Mis más sinceras felicitaciones por tener el coraje de abrir un blog con un tema tan poco común, y por hablar de lo que pocos hablan:de lo que pasa todos los días.
Ale, ha seguir escribiendo, para saber la historia de Manolo
Abrazos con un brazo

Mari Carmen dijo...

Está claro que hoy en día, muchos héroes pasan inadvertidos ante nuestros ojos, sin apreciar el esfuerzo que requiere para él/ella el estar en su puesto de trabajo prestando sus servicios al cliente y siempre intentando mostrar la mejor cara posible.

Pero no sólo hay héroes en los trabajos mencionados, creo que existen en practicamente la totalidad de aspectos de esta vida, y no los sabemos valorar.

Quizás tengamos un/una héroe/heroína en nuestra propia casa, y aún estemos ingenuos ante su existencia.

La lección que deberíamos aprender de esta entrada, es que tenemos que aprender a observar y valorar a los que nos rodean, las personas que componen nuestro día a día, nos cruzamos con mucha gente, y con la mayoría apenas intercambiamos un "hola", y eso con suerte.

En el caso de Manolo, y las personas como él, debo decir que les admiro, y agradezco su labor, su esfuerzo y su lealtad hacia su puesto de trabajo y su clientela. Y que si de algo me ha servido esta entrada, es para recordarme los valores que deberíamos tener presentes y demostrarlos día a día.

Gracias Antonio por esta entrada.

Un beso muy fuerte, hasta la próxima!!

Unknown dijo...

Yo, directamente, me hice frutero porque no soportaba las piernas de mi señora toda la noche encima de las mías. Bendito mercamadrid.