sábado, 23 de julio de 2022

Los frutos y su maduración

La maduración de los frutos es algo que todos los consumidores hortofrutívoros deberíamos conocer y dominar, porque de ahí derivan muchos problemas de calidad y de satisfacción con lo que compras, por eso siempre recomiendo comprar al frutero de tu barrio que te puede asesorar en cada momento. En cuanto a la maduración se refiere podemos dividir los frutos en dos grandes grupos: climatéricos y no climatéricos.

Manzanas, una de las frutas más climatéricas
Foto: Pixabay

Frutos climatéricos. Son los más numerosos y son aquellos que después de ser recolectados del árbol o la mata continúan madurando, siempre y cuando hayan alcanzado un punto óptimo de crecimiento y desarrollo. La causa de este proceso se debe a que estos frutos, después de cortados, continúan produciendo un compuesto químico y orgánico llamado etileno o eteno que es el causante de su maduración. Este compuesto tiene también la capacidad de acelerar la madurez de otros frutos climatéricos que estén a su alrededor. Un claro ejemplo lo tenemos con el kiwi, que en contacto con la manzana madura muchísimo más rápido. 

Los frutos más conocidos y consumidos que pertenecen a este grupo son: las manzanas, las peras europeas y alguna asiáticas, albaricoques, melocotones, paraguayas, nectarinas, platerinas, membrillos, caquis, ciruelas, higos, bananas, plátanos, papayas, kiwis, mango, aguacate, chirimoya, maracuyá, guayaba, arándanos
Entre los frutos que nacen de plantas herbáceas tenemos: los tomates, los melones y las sandías. 
Fotos: Pixabay

Frutos no climatéricos. Los frutos que pertenecen a este grupo no maduran después de ser cortados del árbol o la mata. Deben ser cosechados en su punto óptimo de maduración porque si se han recolectado un poco "verdes" ya no hay solución, ni siquiera juntándolos con otros que sean climatéricos. Con el paso de los días pierden humedad y se arrugan, pero no maduran. 

Uvas blancas y negras
Foto: Pixabay
El etileno no ayuda en su maduración aunque si lo hace en su desverdización, acelerando la degradación de la clorofila para proporcionar al fruto una mejora estética. El caso más claro lo tenemos con algunos cítricos (naranjas y mandarinas) que ya tienen el grado de dulzor necesario para su comercialización a pesar de tener un color verde poco atractivo, el etileno degrada ese color verde hasta convertirlo en el apetecible color anaranjado que caracteriza a estos cítricos cuando están maduros. El proceso no afecta a la maduración, solo a la cáscara o piel. Por lo tanto si veis en los  mercados naranjas o mandarinas, a principios de temporada, con la cáscara verde podéis comprarlas tranquilamente porque tienen el grado de dulzor necesario que marca la ley para su recolección. Es más, esas primeras naranjas y mandarinas que compras en octubre y noviembre son todas de color verde, se les ha aplicado etileno para comercializarlas con ese característico color anaranjado.

A este grupo pertenecen: los frutos secos, la piña, aceitunas, cerezas, uvas, granadas, higo chumbo, los cítricos (naranja, mandarina, limón, lima, pomelo), litchis, nísperos, frambuesas...
Los producidos por plantas herbáceas: pepinos, calabazas, calabacines, pimientos, fresas.

Fotos: Pixabay

Resumiendo:

Si quieres fruta para consumir en pocos días (1-3) puedes comprar de los dos grupos en el punto de maduración que te guste, pero si quieres que te duren una o dos semanas deberás comprar frutas climatéricas que estén poco maduras.
Recuerda también que el frío alarga la vida de las frutas pero les roba sabor, por eso si las tienes refrigeradas es conveniente sacarlas un par de horas antes de su consumo, para disfrutar de su pleno sabor.
 
Puede ocurrir, solo a veces, que compres una fruta climatérica y no madure, esto puede tener dos causas:
1. Se ha cortado demasiado verde, antes de terminar su proceso de desarrollo.
2. Se han utilizado mal las técnicas de refrigeración. Cuando esto sucede la fruta se "encalla" y su maduración se interrumpe.